lunes, 30 de enero de 2012

Cuando la mañana era oscura

     Los tormentos, las batallas, las ordenes que no cesaban. Todo era una autentica locura, no dejaban de llegar malas noticias; "Se nos echan encima, moveros de una vez nenazas!"; "Hemos perdido una escuadrón!".

     Aquello parecía un infierno, que digo, ojala hubiera estado allí, las mañanas amanecían oscuras, las balas no dejaban de impactar a unos metros de mi. La multitud se inquieta, es hora de dar un hachazo pero como hacer algo que llevamos semanas intentando sin éxito? Se nos tenía que ocurrir algo... Y rápido.

     Cada día igual, era como vivir en las tinieblas, pero, que ocurre? Están retrocediendo, es algo increíble, esto no me lo podía ni haber imaginado en mis mejores sueños; hasta la fecha convertidos en pesadillas. Las tropas aliadas estaban avanzando por sur y los habían sorprendido de tal manera que entre los dos bandos, en dos semanas habíamos tomado el control de la ciudad.

    Todo volvió a su cauce, se podía respirar aire fresco por fin, las lujuria y las ansias de poder de algunos que había consumido  consumido la vida de muchos otros, por fin había llegado a su fin, el sol volvía a brillar. La gente regresaba a sus casa, si es que habían quedado de pié. Mucho había por hacer, pero por fin, se reinstauro la paz.
     La mañana ya no era oscura.